Tras años huyendo de la justicia el protagonista, Dom Cobb (Leonardo Di Caprio) el hombre que se mete en las mentes de los demás mientras sueñan, se reencuentra con sus hijos en el jardín de su casa. Para comprobar que es real, pone en marcha su tótem, el objeto que le permite determinar si se encuentran dentro de un sueño o no.
El caso de Cobb es una peonza. Si no deja de girar, es un sueño. El protagonista la pone a bailar encima de la mesa de su casa pero en el momento en el que la peonza parece que pierde fuerza... Nolan oscurece abruptamente la pantalla y nos deja con la miel en los labios. Un murmullo invade la sala de cine.
Tras esta enigmática última escena, unos salieron de la proyección jurando y perjurando que todo seguía siendo un sueño. Otros, no menos convencidos, aseguraban lo contrario: el final de Origen es real. Y también los había que defendían con vehemencia que ni lo uno ni lo otro. Agnosticismo puro y duro: la intención de Nolan era dejarlo en el aire y que el espectador decidiera por su cuenta.
El resultado es un final que justifica horas y horas de conversación tras la película y que sirve de guinda perfecta a la magnifica y compleja creación del director de El Caballero Oscuro.
A partir de ahí, debates en la radio, en televisión, en blogs y foros de Internet que diseccionan escena por escena las casi dos horas y media de metraje para defender una u otra teoría. Pero parece que solo una es la acertada. Nolan no quería un final abierto. Sólo había que fijarse en los detalles, como ha demostrado uno de los protagonistas.
MILES ES LA RESPUESTA
Evidenciando que la experiencia es un grado, Sir Michael Caine ha revelado la clave definitiva para que todo encaje. Y no es ni el anillo de Di Caprio ni la ropa que visten los niños. La respuesta esta en su personaje: Miles, el mentor, maestro y suegro de Cobb y profesor de la universidad de Ariadne. El primer arquitecto de los sueños
"En la escena de la peonza que deja al final, que es cuando yo aparezco de nuevo... Si yo estoy allí es real, porque nunca he estado en el sueño. Yo soy el tipo que inventó lo de los sueños", dice el veterano actor en una entrevista con la BBC.
Está claro entonces. El final feliz de la película es real. Eso sí, la explicación de Caine no es óbice ni impedimento para que, como se rumorea, Nolan haya grabado varios finales alternativos. Pero para eso tendremos que esperar a los extras del DVD.